Quizás pueda parecer extraño que inicie este blog sobre TICs en Educación con un comentario sobre un libro que supera este ámbito.
El libro al que me refiero, disponible en google books, se titula La post-televisión: multimedia, internet y globalización económica. Editado por Ignacio Ramonet y con coautoría de varios autores, el libro recorre el impacto social de las nuevas tecnologías en la sociedad contemporánea.
Los títulos de cada uno de los apartados del libro nos revelan análisis de diferentes cortes (antropológicos, sociológicos, filosóficos) sobre esta cuestión:
"Una gran mutación", "Un cambio de era", "La nueva comunicación", "La revolución digital", "Las guerras de Internet", "Videovigilancia y delación generalizada", "Nuevo orden mundial de la información", "Ideología de la cultura global", "El ciberperiodismo", "El ciberespacio: nueva arma del imperialismo", "El mesianismo tecnológico", "El crash visual", "Por una nueva ética", "La decisiva influencia del periodismo".
La lectura de algunos de estos artículos me resulta muy enriquecedora e interesante. Utilizamos las nuevas tecnologías constantemente, pero no nos paramos a pensar en cómo están cambiando nuestras vidas, qué impacto tienen en nuestras rutinas, qué uso se hace de la información. Se habla de la sociedad del conocimiento y de la sociedad de la información, pero es tal la avalancha de estímulos informativos e imágenes, sin filtro alguno, que nuestra mente recibe constantemente, que probablemente hablar de una nueva sociedad del conocimiento es mucho decir. Más bien nos encontramos en una sociedad desbordada de Información.
Algunos de los artículos se posicionan políticamente al advertir de los riesgos que entraña este nuevo modelo social, en donde la opinión pública depende de un clic. El uso que los poderes asentados hacen de la red, el periodismo actual y su papel como procesador de información, etc. son todo cuestiones que nos llevan a plantearnos una ética de las nuevas tecnologías.
Desde mi punto de vista, este libro es de recomendada lectura para cualquier profesional de la enseñanza. Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y no hay posibilidad de eludirlas. Una nueva alfabetización está en marcha. Hoy en día hay muchas cosas cotidianas que nuestros abuelos ya no pueden hacer por sí mismos, como cuando décadas atrás muchos de nuestros familiares de generaciones anteriores firmaban con un dedo manchado de tinta.
Los docentes deben ser conscientes de que las nuevas tecnologías no son simplemente un medio para sus clases, sino que son claramente un fin en sí mismo. Tan importante como aprender a leer o sumar es que nuestros alumnos aprendan a manejarse en este nuevo modelo social. NO se trata simplemente de un conocimiento técnico, automático, mecánico. El poder del lenguaje, las imágenes y las ideas que transmiten hacen necesario que tanto el profesor como los alumnos realicen una aplicación crítica de sus competencias informáticas: deben no ser solo consumidores de información, sino que han de aprender a discriminar su veracidad, su intencionalidad; han de aprender a crear información, producir conocimiento; han de saber procesar grandes cantidades de información en poco tiempo, sintetizar, juzgar, entender, cotejar, comparar, enfrentar, investigar, documentarse, escudriñar,... algo muy importante en todo esto, como último apunte a este primer blog, es que por ahora, y aunque la red cada vez incluye más información en todas las lenguas, el inglés es la lengua virtual por excelencia. Por ello, todo apunta a que solo los modelos de educación integrados, en los que se comprenda la importancia de esta nueva colección de competencias básicas, tendrán potencial de educar a seres lo bastante ilustrados como para navegar sobre la corriente, en lugar de dejarse arrastrar por ella.
El libro al que me refiero, disponible en google books, se titula La post-televisión: multimedia, internet y globalización económica. Editado por Ignacio Ramonet y con coautoría de varios autores, el libro recorre el impacto social de las nuevas tecnologías en la sociedad contemporánea.
Los títulos de cada uno de los apartados del libro nos revelan análisis de diferentes cortes (antropológicos, sociológicos, filosóficos) sobre esta cuestión:
"Una gran mutación", "Un cambio de era", "La nueva comunicación", "La revolución digital", "Las guerras de Internet", "Videovigilancia y delación generalizada", "Nuevo orden mundial de la información", "Ideología de la cultura global", "El ciberperiodismo", "El ciberespacio: nueva arma del imperialismo", "El mesianismo tecnológico", "El crash visual", "Por una nueva ética", "La decisiva influencia del periodismo".
La lectura de algunos de estos artículos me resulta muy enriquecedora e interesante. Utilizamos las nuevas tecnologías constantemente, pero no nos paramos a pensar en cómo están cambiando nuestras vidas, qué impacto tienen en nuestras rutinas, qué uso se hace de la información. Se habla de la sociedad del conocimiento y de la sociedad de la información, pero es tal la avalancha de estímulos informativos e imágenes, sin filtro alguno, que nuestra mente recibe constantemente, que probablemente hablar de una nueva sociedad del conocimiento es mucho decir. Más bien nos encontramos en una sociedad desbordada de Información.
Algunos de los artículos se posicionan políticamente al advertir de los riesgos que entraña este nuevo modelo social, en donde la opinión pública depende de un clic. El uso que los poderes asentados hacen de la red, el periodismo actual y su papel como procesador de información, etc. son todo cuestiones que nos llevan a plantearnos una ética de las nuevas tecnologías.
Desde mi punto de vista, este libro es de recomendada lectura para cualquier profesional de la enseñanza. Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y no hay posibilidad de eludirlas. Una nueva alfabetización está en marcha. Hoy en día hay muchas cosas cotidianas que nuestros abuelos ya no pueden hacer por sí mismos, como cuando décadas atrás muchos de nuestros familiares de generaciones anteriores firmaban con un dedo manchado de tinta.
Los docentes deben ser conscientes de que las nuevas tecnologías no son simplemente un medio para sus clases, sino que son claramente un fin en sí mismo. Tan importante como aprender a leer o sumar es que nuestros alumnos aprendan a manejarse en este nuevo modelo social. NO se trata simplemente de un conocimiento técnico, automático, mecánico. El poder del lenguaje, las imágenes y las ideas que transmiten hacen necesario que tanto el profesor como los alumnos realicen una aplicación crítica de sus competencias informáticas: deben no ser solo consumidores de información, sino que han de aprender a discriminar su veracidad, su intencionalidad; han de aprender a crear información, producir conocimiento; han de saber procesar grandes cantidades de información en poco tiempo, sintetizar, juzgar, entender, cotejar, comparar, enfrentar, investigar, documentarse, escudriñar,... algo muy importante en todo esto, como último apunte a este primer blog, es que por ahora, y aunque la red cada vez incluye más información en todas las lenguas, el inglés es la lengua virtual por excelencia. Por ello, todo apunta a que solo los modelos de educación integrados, en los que se comprenda la importancia de esta nueva colección de competencias básicas, tendrán potencial de educar a seres lo bastante ilustrados como para navegar sobre la corriente, en lugar de dejarse arrastrar por ella.
